Son perros que han finalizado su adiestramiento adquiriendo las aptitudes necesarias para dar servicio y asistencia a personas con discapacidad, diabetes, epilepsia o trastorno del espectro autista (TEA) entre otros.
Estos perros de asistencia, además de ser compañeros, se convierten en un elemento de apoyo esencial para que las personas con discapacidad puedan mejorar su calidad de vida y acceder con plenitud a la vida social, como reconoce el artículo 20 de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, del 13 de diciembre de 2006.
Son compañeros que incrementan la seguridad y la confianza de las personas a las que asisten, permitiendo que tengan una vida privada y social plena, favoreciendo la autonomía y la movilidad.
Son muchas las entidades, asociaciones, organizaciones y empresas que ofrecen este servicio, con la realización del adiestramiento de perros seleccionados en base a las características genéticas de razas específicas.
En DEJAMOS HUELLA, somos conocedores de los beneficios que aporta poder trabajar y adiestrar un perro de asistencia de una raza específica, con unas determinadas características genéticas que lo facilitan, pero no cerramos la posibilidad de trabajar con diversas razas o mestizos, apostando por una reinserción y segunda oportunidad de animales que se encuentran en lugares en los que no se cumplen sus necesidades básicas, teniendo una carencia de afecto o atención. Tratamos de ser el nexo de unión entre estos animales y los usuarios, siendo muy conscientes tanto de las necesidades específicas de la persona solicitante como del perro que estemos valorando.
Nuestro objetivo es facilitar y ayudar a cubrir la gran demanda en torno a los perros de asistencia que existe actualmente en nuestra sociedad, con una doble finalidad, mejorar la calidad de vida tanto de las personas como de los animales que van a acompañarlas.